jueves, 13 de noviembre de 2008

Te captura, te hipnotiza, te sorprende y deleita


OLD BOY


La venganza es un manjar que para saborearlo hay que saber esperar. El sentimiento al que hago mención es el lastre en la racional evolución del ser humano y el corazón de una película anormal, genial, violenta, sorprendente, del calibre que solo tienen las obras de culto.
Encontré el DVD pirata de “Old Boy”, intermitente, en una galería de la ilegalidad y menospreciado por el público en su exploración y búsqueda del boom de la temporada: High School Musical 3. Hasta nuestro país el metraje surcoreano llegó con el nombre “Hipnosis Mortal”, título tibio, referencial e insolente para denominar a la mejor película del 2003, galardonada en Cannes y en el festival Internacional de Cine en Sitges.
Si una noche de lluvia ves a un sujeto con un paraguas violeta, cambia de acera y ve a casa. La tragedia de Oh Dae-Su comienza el día del cumpleaños de su única hija. Consigo llevaba un obsequio para ella pero completamente ebrio terminó en una estación de policía por escandaloso. Un viejo amigo del colegio pagó por su liberación y mientras llamaba por un teléfono publico a casa de Oh Dae-Su, el protagonista desaparece.
Inmejorable inicio que enciende el interés del espectador. Old Boy del director Park Chan-wook se basa en el manga japonés del mismo nombre pero de distinta línea narrativa y final. El thriller consigue el principal de los requisitos: Cautiva y desde el principio, acelera el pulso, regula el ritmo, apura los latidos nuevamente y detiene el corazón cuando lo cree apropiado.
Pónganse en la piel del anti-heroe. Después de haber sido secuestrado, Oh Dae-Su, llega a una habitación. Transcurren los días con sus noches, nadie le dice que ocurre y porque ha sido confinado a este cuarto. Por un pequeño corredizo en la parte baja de la puerta le entregan los alimentos, durante las noches lo gasifican para dormirlo y medican para que el encierro no lo enloquezca. Hacen bien, porque serán quince años de morder labios y deambular por el mismo piso, cuidando y alimentando con desesperación, su deseo: la venganza.
Edmundo Dantes de la novela El conde de Montecristo se interpone insistentemente en Old Boy, como icono del personaje, nada más. Oh Dae-Su pasará su cautiverio en compañía de un televisor que le remediara la eternidad y soledad del encierro sin embargo también lo convertirá en un marginal de la realidad. A través del aparato se topará con un informativo que le avisa del asesinato de su esposa, le acusan de ser el homicida, su hija ha sido dada en adopción.
No es Edmundo Dantes acusado injustamente, recluido, vengativo, compensando por el destino y redimido por el amor. Es Oh Dae-Su y el es ruin, trasgresor, parasito transformado en algo peor. Cuando hace una lista de sus enemigos, descubre que le ha hecho daño a mucha gente, no se degrada sino le molesta el problema que tendrá para buscar al responsable y hacerle pagar. Se entrena físicamente, se tatúa líneas en los puños por cada año, roe la pared con esperanza y cuando esta a centímetros de respirar el smog de la calle... Llenan de gas como cada noche su sofisticada celda pero despierta el siguiente día dentro de una maleta puesta en lo alto de un edificio, es libre.
Son ciento veinte minutos de terapia del rencor, arte y narrativa hipnótica. Mencionaba en el párrafo anterior que Oh Dae-Su es liberado, sin embargo coincido en que solo ampliaron las paredes de su celda. Entonces el hombre del martillo inicia su carrera departiendo sufrimiento, puñetes, patadas y obviamente martillazos para conocer a su castigador y mas inquietante, su motivo.
Un genial Choi Min-sik interpreta a un irracional e infantil Oh Dae-Su. El actor tuvo que recibir entrenamiento y seguir un régimen para cambiar la imagen del deslustrado personaje cotidiano antes de ser el desquiciado vengador. Le acompañan a la misma altura Woo Ji-tae (Lee Woo-jin) y Gang Hye-jung (Mido). En el 2007 la polémica marco a Old Boy cuando el también ciudadano de corea del sur Cho Seung-hui acribilló a 32 estudiantes del Instituto Virginia Tech (EE.UU.), el psicópata envió videos a los medios informativos, dos imágenes son similares a las fotos promociónales de Old Boy. Punto aparte la influencia del film en las paranoias y esquizofrenias del mundo.
La fotografía de la película (Jung Jung-hoon) merece todos los premios. Los planos son suficientes para demostrar el desamparo, la obsesión y la soledad. Asimismo la claustrofobia dentro de la habitación-cárcel, pero la combinación de los elementos dentro de un encuadre es otra característica a resaltar, así como los contrastes de color y formas. Así se crean imágenes o secuencias que son sellos de la película. Como marca registrada del film destacó la escena de la pelea de Oh Dae-Su contra el bando de secuestradores, un traveling lateral que registra el combate. Hastiados de las peleas que nos regala el cine y que mas parecen danzas acrobáticas esta vez la cámara se desplaza y nos entrega una masacre sin pudor, estética del furor. No todos los orientales saben artes marciales.
Tambien Recuerdo la escena del calamar devorado, el animal retuerce las ventosas en su intento por escapar de aquella boca, es un acto inconciente porque la cabeza del molusco ya ha sido destrozada por los molares de Oh Dae-Su. Parece una advertencia, un pronostico, una metáfora de lo que viene. Se utilizaron cuatro calamares para conseguir la toma, causo controversia, el director agradeció al equipo y a los calamares sacrificados cuando le entregaron el Gran Premio del Jurado en el Festival de Cannes.
“Old boy”, “Hipnosis Mortal”, incluso en algunas partes del planeta la consignaron, “Cinco Dias Para Vengarse”. Este es un film distinto y se distingue por mostrarnos a un ser humano sin la indumentaria de la moral represora y la razón autosuficiente. Encontramos al animal humano legitimo, pulido hasta el nervio, consagrado por el dolor, perseguido por el recuerdo y en busca de la satisfacción intima de la venganza.
Les entregue la primera dosis de esta maravilla del séptimo arte, no puedo revelar el argumento completo. Delimito la película con dos frases de la misma. Como prólogo: “Ríe y el mundo reirá contigo, Llora y lloraras Solo” y como epílogo: “¿Solo porque sea una bestia no tengo derecho a vivir?”Se rumora que se prepara un remake (rehecho) para el público de occidente. Si son ciertas las infidencias se conseguirá un producto atractivo pero de menor impacto, imposible superar al original. A pesar que el papel de Oh Dae-Su vaya a manos del taquillero Will Smith y la dirección de la nueva versión al rey midas, Steven Spielberg.