domingo, 21 de diciembre de 2008

Aquella rosa

Nuestro amor son besos en espera
Caricias en ciudades sin obreros
Gorriones emigrantes del ensueño
Desempleados, alas sempiternas

Piensa mi corazón en la banqueta
Seguir a una canción y su consejo
Transgredir con fervor tus mandamientos
Y volverme deseo en tu queja

Besarte sin permiso y con las ganas
De pronunciar tu nombre en la boca
Y saber el sabor de tus palabras
Desatar con caricia y sin demora
Tu pecho, y ahí, tan bella y callada
Blanca y al tacto: intacta rosa roja

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