sábado, 12 de abril de 2008

show tv

El televisor regurgito a su mediana estrella del canal 205 en la alfombra de la sala. Los televidentes, hombres y niños, no se percataron del suceso hasta ver el elegante traje de sastre y oir la voz radial del pequeño conductor de programas concurso lamentando su mala suerte.
Abandonaron la atencion que dedicaban al aparato y le hincaron con la mirada, lo reconocian del aburrido pero eficiente “gana y gana” que transmite el canal mas sintonizado de la ciudad, en horas de la tarde, cada melancolico domingo.
Le escucharon quejarse blandiendo un microfono en sus manos blancas y pecosas.
La familia de cuatro integrantes se interesaron en el inaudito acontecimiento y decidieron buscar un medio para devolver al mediocre animador a la pantalla chica. Idearon mil estrategias; pulsaron el control remoto con direccion al pequeño de traje y no consiguieron regresarlo a su mundo de camaras y reflectores.
Lo motivaron a intentar cruzar el frio vidrio de la pantalla, sumergir su existencia en la caja de plastico negro de 21 pulgadas, El hombrecito apreto la palma contra el televisor pero no consiguio atravesar el aparato.
Sin obtener resultados cuando le dieron al "off" del mando a distancia, el intruso no se disperso en filigranas de luz azul. Peor aun permanecia en medio de la sala observandolos preocupado y maravillado por la ingenuidad de adultos y niños.
Idearon mil maneras inutiles porque todos sus intentos fueron estimulados por la fantasia inservible que a diario entrega la television.
La magia imperecedera e ingenua sobrevolaba las cabezas de los presentes, el mas pequeño recogio el control remoto y marco el numero que correspondia a otro canal 205. La imagen de un escenario fastuoso, paredes de carton pintadas con estrellas y el simbolo del dolar, un publico aburrido, y exhuberantes modelos con minifalda apabullan a la teleaundiencia con ya casi dos horas de lo mismo, musica de fondo y comerciales.
Finalmente aquella familia de la urbe, aconsejo al artista de los chistes malos que regala dinero y esperanza por dos horas, regresar al escenario por una via comun. Tomar un taxi que lo traslade a la sede del canal televisivo que se encontraba a varias cuadras de aquella casa.
Se despidieron sin efusion, le entregaron una moneda para que pague la carrera y los cuatro personas vieron partir al taxi amarillo por la gran avenida. el hasta luego fue memorable, se sentian conmovidos.
el padre y la madre cruzaron una mirada complice al acabar aquella escena de teleserie y el primero recogio el control remoto y cambio de canal para evitar la presencia de otro inesperado visitante en la sala de su casa, por lo menos este dia.
En ese momento hubieran sido oportunos los aplausos, mientras comenzaba la ending de la teleserie, los creditos y las escenas cumbre de aquel capitulo. Sin embargo era la vida real.

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